Si caminamos hacia el sol dejamos las sombras detrás

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Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

domingo, 14 de febrero de 2010

Lilino del Hawaii


La última monarca de Hawaii

Para muchos resulta sorprendente que Hawaii, el estado número 50 de los Estados Unidos, haya tenido una poderosa monarquía que se vio derrumbada por la codicia del hombre blanco. Un 4 de julio de 1894 la República del Hawaii con Sanford B. Dole como mandatario., siendo reconocido este gobierno títere como legítimo por los Estados Unidos y posteriormente, en la década de los 50 en este siglo, Dwight Eisenhower le dio a Hawaii la estrella número 50 en la bandera de rayas y estrellas.
La última monarca del Hawaii fue una encantadora y talentosa mujer nacida el 2 de septiembre de 1838, siendo la tercera en una prole de diez hermanos. Fue adoptada por la pareja formada por Abner y Konia Paki, siendo Abner un asesor del rey Kamehameha III. A los cuatro años fue enviada al colegio especial para los infantes reales, donde se destacó como buena alumna y buena jinete. La adolescente Liliuokalani, a quien llamaban cariñosamente Lilino, amaba ir a fiestas, bailes, y emperifollarse bien. Ella formaba parte del séquito de Kamehameha IV y su reina Emma, y hasta estuvo comprometida por un tiempo con el futuro rey Lunalilo. Posteriormente, este compromiso no se concretó y Lilino se casó con John Dominis, hijo de un capitán de navío norteamericano. Este matrimonio, contraído aprisa, no fue dichoso para la futura reina, dado que John le paseaba otras mujeres en la cara, y nunca tuvieron hijos. Durante el reino de su hermano, Lilino a menudo sirvió como regente del Hawaii durante las ausencias del monarca. David Kalakaua era un hermano amoroso que depositaba toda su confianza en Lilino, a quien consideraba una mujer excepcional. Era lógico que cuando David Kalakaua muriese de parálisis renal en San Francisco, California, durante un viaje en 1891, Lilino subiera al trono. Lilino ya tenía más de cincuenta años al arribar al trono, y su esposo fue nombrado gobernador de Oahu y Maui. Pero John Dominis no habría de durar mucho en su cargo dado que siete meses después de asumirlo murió. A pesar de la lata que este hombre le dio a Lilino mientras estuvo casada con él, ella pareció recordarlo siempre con ternura. Otros afirman que su trauma de un matrimonio infeliz fue tan grande que nunca quiso volverse a casar, a pesar de que Lilino se conservó atractiva hasta su muerte. Lilino nombró a su sobrina Kaiulani como heredera del trono y la mandó a educarse adecuadamente en Londres.
Fue durante una visita de control a su sobrina en Londres que Lilino protagonizó una anécdota que muestra su chispeante humor. Unas damas de alcurnia londinenses quisieron burlarse de ella, cuando Lilino afirmó que tenía sangre inglesa corriendo por sus venas. Una atrevida condesa le preguntó, "Acaso algún marinero inglés hizo de alguna abuela suya su concubina?" Lilino soltó una estrepitosa carcajada y aclaró," No, señoras. Un bisabuelo mío estuvo entre los nativos que se almorzaron el corazón de James Cook en febrero de 1779 cuando atraparon al navegante en la maturranga que no era ningún Dios...Por eso llevo un poco de vuestra sangre inglesa por mis venas!" Cuando la reina Victoria se enteró de la respuesta mordaz de Lilino, casi se orina de la risa en sus apretadas polleras de encaje negro.
Lilino era una gran nacionalista, y estaba orgullosa de su gente. Trató de reemplazar una constitución llamada de la Bayoneta por una que favoreciera a su pueblo, pero algunos sectores la asustaron mucho y timoratamente permitió que la antigua constitución lesiva siguiera en pie. En 1892 la legislatura hawaiiana permitió el paso de una ley que toleraba la importación y venta de opio. Esta enmienda favorecía a comerciantes chinos y los gringos se enojaron cuando la reina la firmó, dado que bajo la constitución de la Bayoneta debía ella firmar cuanta ley pasaran. Los gringos la quisieron castigar también por haber permitido la legalización de la lotería. El ministro John L. Stevens y otros conspiraron para derrocar a Lilino. En enero de 1893 las tropas chelas de las gringos repitieron la enésima proeza de ir como buenos rubios a pacificar a los "negros malos" (léase hawaiianos en este caso) y Lilino debió rendirse y entregar el trono.
La heredera de la reina, su sobrina Kaiulani, se fue a Washington a buscar ayuda. Su gran dignidad de princesa impresionó a Grover Cleveland, entonces presidente, y éste ordenó una investigación de la revolución. El reporte recibido por Cleveland le convenció que la reina debería ser devuelta a su trono. Hizo un discurso en el congreso condenando el derrocamiento de la monarquía y se negó a anexar a Hawaii a Estados Unidos como pariente pobre dado que los hawaiianos en su mayoría no deseaban tal cosa. En 1894 la ignominiosa República del Hawaii fue proclamada como títere y en 1895 muchos hawaiianos guiados por Robert Wilcox trataron de restablecer el poder de la reina. Tras diez días de lucha, los realistas fueron capturados, sentenciados a muerte pero salvados a última hora por la chela generosidad del gobierno estadounidense.
Unas armas fueron puestas bajo el jardín de la reina y la monarca fue arrestada. Por 8 meses la retuvieron en un cuarto del palacio Iolani. La acusaron de cómplice de traición. Su juicio por tribunal militar lo sostuvieron en el antiguo salón del trono para humillarla aún más. La encontraron culpable y la multaron con 55 mil dólares y cinco años de trabajos forzados. Aunque Lilino debió pagar, la sentencia de 5 años no se llevó a cabo. En 1896 soltaron al inicio del año a Wilcox, y a la reina unos meses luego. Ella salió rumbo a Washington, donde Cleveland la recibió cálidamente pero ya no pudo hacer más por ella. Dijo Cleveland, "Me siento tan avergonzado." Y no era para menos. Para colmo la princesa Kaiulani murió a los 23 años de edad en 1899. Lilino volvió a Hawaii, recuperó algunas propiedades y le dieron una pensión estatal. No estuvo presente en las ceremonias anexando a su reino a los Estados Unidos pues no hubiera soportado ver cómo subía la bandera gringa mientras la de su patria bajaba. El 11 de noviembre de 1917, Lilino murió de una embolia en Honolulu. La historia la recuerda como una mujer que luchó con todas sus fuerzas para preservar la identidad nacional de su patria, una hábil bordadora que hizo bellezas con la aguja, y una fina compositora de temas tan sublimes como la famosa "Aloha Oe", que es casi un himno extraoficial de Hawaii.

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