Si caminamos hacia el sol dejamos las sombras detrás

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lo dijo William Wallace

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Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

jueves, 11 de febrero de 2010

Los perezosos de la historia


LOS HOLGAZANES MÁS GRANDES DE LA HISTORIA

Hace unos años entre pupilos de clase de cocina de una universidad de garaje, Eric con cara de asco y rabia me dijo,”Odio tocar cebolla, y hacer nada en la cocina! No era posible que ud. hubiera puesto a su sirvienta a picar todo este chanchadal para después solo mirar yo como se hace? No ando ganas de hacer nada!!!”Tratando de controlarme para que mi conteo de azúcar no reventara un glucómetro, me dije a mi misma que el adolescente estaba en excelente compañía con los haragancetes más connotados de la historia.
La pereza, a lo largo de los tiempos, siempre ha sido la madre de todos los vicios, y grandes figuras no se han capeado de ella. Olimpia, la libidinosa madre de Alejandro Magno, era muy dada a pasar en día entero sin hacer absolutamente nada, Dado que el cuerpo ocioso y la mente desocupada son buen taller para el diablo, no tuvo mejor idea que mandar a asesinar a su esposo Filipo II de Macedonia cuando el rey optó por repudiarla y conseguirse nueva esposa. Alejandro por su parte debió encontrarse otra haragana más en la bella pero inútil personita de Roxana, princesa bactria con la cual se casó en primeras nupcias. Roxana solía pasar el día entero echada consumiendo uvas y con dos esclavos masajeándola suavemente. No sería el único personaje de la antigüedad que sucumbiera ante la haraganería. Entre los emperadores romanos, Nerva se destacó por su falta de vigor para asumir las riendas del poder, pero fue superado por el obeso Vitelio, quien combinaba su holgazanería con la más militante glotonería, a tal punto que cuando fue el mandamás de Roma, se pasó la vida de banquete en banquete hasta que el pueblo lo depuso y echó sus grasientos restos al Tíber. Cómodo, hijo del muy trabajador Marco Aurelio, fue otro emperador romano que se entregó a la molicie. Si no estaba echado como cúcala imbañable, andaba haciendo torticerías y el ridículo jugando a ser gladiador.
El conteo de haraganes siguió subiendo en la Edad Media, cuando la hija de Leonor de Aquitania-María de Champaña-se negaba a hacer absolutamente nada de las 13 horas en adelante. Aunque esta francesa es conocida por haber establecido junto a su vigorosa madre las cortes del amor, no movía ni un dedo en su propio castillo. Hermano de madre de María fue Juan Sin Tierra, rey ingles cuya abulia lo llevó a nunca poder escribir de corrido...a tal punto que sus barones al obligarlo a aceptar la Magna Carta no lo vieron firmar, sino que solo hizo un garabato desdichado al pie del pliego. Isabeau de Wittelsbach, esposa del rey galo Carlos IV El Loco, fue otra monarca medieval que se dedicaba solamente a estar peinando la culebra y planificando a quien se iba a echar de amante próximamente.
Muchas veces la holgazanería y la realeza iba de mano en mano. Humayún, hijo del brioso Babar el Tigre y padre del gran emperador mugalo Akbar el Grande, era tan inútil y perezoso que perdió su trono por varios años por no querer levantarse temprano. Su misma muerte se debió a que no quería ni levantar los pies para caminar, y acabó enredándose en sus propias patas al pie de una escalera por su disgusto de tener que caminar. Entre los otomanos, algunos de sus sultanes y mujeres favoritas fueron dignos ejemplos de lo que en Nicaragua llamamos vulgarmente “boludencia”.Gulbehar Mahi Debran, primera mujer de Solimán el Magnífico, tras parirle a su primogénito Mustafá, se hizo una guasimbora fofa y celulítica asquerosa pues no se levantaba de su diván ni para beberse un vaso de agua. No es de extrañarse que Solimán pronto la reemplazara con la astuta y muy ágil Khurrem. Selim II, hijo de Solimán el Magnífico y su adorada pelirroja Khurrem, resultó ser un perezoso de cuidado ya que como sultán pasó a la historia como Selim el Borrachín. Pasaba horas aplastado en su cama bebiendo cantidades navegables de vino, y dicen las malas lenguas que mandó a conquistar Chipre para garantizar que nunca le faltara el vino de esa isla. Sechir Para, la elefantiásica armenia de genitales monstruosos (favorita del sultán otomano Ibrahim I El Desquiciado) pasaba en cama engullendo dulces mientras su amo contemplaba su enorme pudenda rasurada, siendo todo un monumento a la pereza y la gordura. Reyes como Francisco II de Francia(quien además era tarado y malcriado), la zarina Ana de Rusia(quien no atinaba ni a abotonarse sus vestidos solita), Enriqueta María(esposa del desafortunado rey ingles Carlos I Estuardo, quien perdió la cabeza a manos del parlamento ingles), Jorge IV de Inglaterra(quien tenía un criado hindú solo para hacerle el shampoo),Luis XV(quien no amaba gobernar, solo pasar en cama con una hembra alegre), Isabel II de España(reina borbónica quien fue destronada y quien tuvo un montón de amante antes de hacerse de una silueta como una fotocopia de un rinoceronte albino).En España también, las consecuencias de la pereza no se hicieron esperar cuando Felipe III no solo no quiso gobernar, dedicándose solo a placeres y molicie dejando el mando en poder del Conde-Duque de Olivares. El mismo Felipe III murió asfixiado cuando se ausentó el criado que retiraba el sahumador. El rey estaba tan haragán que no retiró dicha fuente de humo, muriendo como consecuencia. Soberanos como Senzangakona, padre del formidable Shaka Zulú, fueron haraganas hasta para engendrar a sus sucesores, y cuentan las malas lenguas con la mía por supuesto a la cabeza del desfile que fue la libidinosa Nandi la que aprovechando que el reyezuelo zulú flotaba en el agua de una poza como lagarto, se le subió encima para manufacturar al futuro unificador de los zulúes! En el siglo XX, Farouk I de Egipto fue el summum de la pereza dedicándose a beber gaseosas y vino echado, llegando a ser un monumento de vicios y obesidad. Amantes de reyes pasaron a la historia como gloriosas haraganas: Barbara Villers (favorita de Carlos Ii Estuardo de Inglaterra, le parió varios bastardos), María “La Golosa” Calderón(actriz que fue favorita de Felipe Iv de España y quien se supone le contagió la sífilis), Madame Atenais de Montespán (querida de Luis XIV el rey Sol, quien le tuvo varios espurios...por cierto se hizo una bola de sebo de pasar solo echada), y Domitila Marquesa de Santos(querida de Pedro I del Brasil, quien era tan haragana que tenía 6 esclavas solo para bañarse).Otras reinas se hicieron campeonas de la molicie, entre ellas Sofía Dorotea(esposa de Federico Guillermo I de Prusia, y madre del gran Federico II). Sofía casi se muere cuando su esposo la legó a levantar de las mechas y le gritó,”Vos, chancha, boluda, siquiera levantáte hoy en mi honor porque hoy me voy a morir!”Sofía ni siquiera lloró cuando su cónyuge murió pocas horas después, y nunca le perdonó que la hubiera puesto por varios años a lavar su propia ropa. Otras reinas holgazanas fueron la odiada Ma. Antonieta de Francia y la zarina Alejandra de Hesse(cuya holgazanería precipitó la revolución bolchevique), sin olvidar a la tufosa emperatriz Eugenia de Montijo, a quien su propio esposo Napoleón III catalogó de la mujer más superflua del mundo. Y aunque muchos reyes y reinas fueron haraganes, este vicio tan contagioso se dio tambien entre plebeyos. El compositor ruso Alejandro Glazounov perdió su empleo cuando no le pudo producir a Sergio Diaghilev de los Ballets Rusos una partitura, cediendo el paso al dinámico Igor Stravinsky con su Pájaro de Fuego. No se quedaban a la saga los presidentes gringos Ulises Grant (quien era ayudado a ser haragán por su botella de whisky)y Herbert Hoover (quien no supo manejar las riendas económicas del país),Marylin Monroe (quien llegaba al estudio a mediodía aún bostezando), Constancia Weber (la fea esposa del genio Wolfgang Amadeus Mozart )y la poetisa gringa Edna Saint Vicent Millay, quien además padecía de goma crónica.

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