Si caminamos hacia el sol dejamos las sombras detrás

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Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

domingo, 14 de febrero de 2010

Sechir Para de Turquía


LA GORDIFLONA MAS CHISMOSA DEL IMPERIO OTOMANO.SECHIR PARA

Increíble que parezca pero hubo una mujer que llegó al poder por las dimensiones de sus menudencias, algo que se evita tocar en el aula de historia...Sechir Para fue una de las hembras más aborrecibles de la historia y esta favorita otomana nacida como Tamara Brailovskaya fue más conocida por el nombre turco de Sechir Para, el cual significa “cubo de azúcar.” Sin embargo, esta señora fue más dañina que un costal entero de azúcar para un diabético dado que por agitar demasiado su lengua, casi 300 mujeres fueron ahogadas en el mar del Bósforo por órdenes del sultán Ibrahim el Loco del Imperio Otomano.
Sechir nació en la más completa pobreza, hija de pastores de cabras armenios, en los primeros días de junio de 1624 ó 1625. Desde chica era muy glotona, por lo cual su madre la azotaba cuando se atiborraba la ración de sus hermanos menores. Sechir hubiera seguido comiendo salteado y siendo analfabeta si en 1640 un guapo desquiciado no hubiera subido al trono otomano: Ibrahim. Cuando Ibrahim resultó ungido como sultán otomano tras la muerte súbita de su antecesor, dio rienda suelta a todas las perversiones sexuales que su madre, la bella griega Kosem, le había inculcado como forma de mantenerlo bajo su dominio. Aunque Ibrahim yapara entonces había conocido a la hermosa rusa Turhan, quien sería madre de su heredero, ansiaba vivir a plenitud nuevas sensaciones. En una ocasión, unos ganaderos le obsequiaron varias vaquillas jóvenes y el sultán no tuvo mejor idea que ponerse a levantarles la cola y admirar abyectamente la configuración de las menudencias de la joven vaca que estaba tocando. Varios de sus acólitos le oyeron suspirar, ”Si encontrara una dama con esas mismas dimensiones en sus partes nobles, sería feliz! ”Los serviles procedieron a sacar un molde de yeso de las partes de la pobre vaca, y luego hicieron copias de ese molde en oro. Esas copias áureas fueron enviadas por Ibrahim a sus gobernadores de provincias prometiendo gran recompensa al mandamás provinciano quien lograra encontrar una damisela con unas partes pudendas como el molde.
Para entonces Sechir Para ya estaba adolescente, y se había fugado de casa para vivir en concubinato con un rico comerciante de especias. Sechir ya pesaba más de 100 kilos y al saber que los emisarios del gobernador de Armenia buscaban una señora superdotada, fue a presentarse y a mostrarse impúdicamente. La joven de cabellos castaños y mirada de miel fue llevada inmediatamente hacia Ibrahim, quien tras confirmar que se trataba de la dama de sus sueños lascivos, la hizo su favorita mientras todas las chicas del harén planificaban de ante mano despacharla al otro mundo.. Ibrahim, quien nunca fue buen gobernante, se abandonó por completo a los placeres sensuales con Sechir Para, y fue él quien la nombró así echando al olvido el nombre original de Tamara. Este desquiciado sultán, quien amaba rodearse de pieles animales y bañarse en aceites perfumados, pasaba horas enteras contemplando embelesado la anatomía de Sechir mientras ella engullía cantidades exportables de dulces y quesos, aumentando hasta tener dimensiones casi elefantiásicas. Tras un intento de envenenar a Sechir mediante una sobredosis de cantáridas en un café, Sechir se dio cuenta que sería mejor quitarse del medio a sus rivales del harén. Le fue con el cuecho a su infatuado Ibrahim que dos de sus chicas del harén fueron vistas en tiernos arrumacos con miembros del cuerpo élite de los Genízaros. Ibrahim, montando en cólera, dio orden de echar en costales con piedras, herméticamente zurcidos, a cada una de sus 280 mujeres del harén- excepto Turhan y Sechir. Las pobres mujeres fueron echadas a ahogarse al Bósforo, pero una sola de ellas logró salvarse casi por milagro, nadó hacia Grecia y tras ser rescatada por un barco mercantil que la llevó a Francia. La mujer contó a todos sobre su desventura y se hizo rica escribiendo un libro en el que revelaba las atrocidades cometidas por Ibrahim.
Sechir Para jamás pudo darle el ansiado hijo varón a Ibrahim, pero eso no impidió que el sultán siguiera enamorado de ella. Sechir Para llevaba una vida de lujo reclinada en su diván todo el día comiendo y jugando con los 13 gatos de angora que Ibrahim le dio para compensar la falta de hijos. Higo, un negro gato entre ellos, era tan glotón como Sechir y llegó a pesar unas 30libras. Kosem, la madre de Ibrahim, llegó a tener celos de esta grotesca y chismosa gordiflona, pero jamás logró eliminarla, a pesar de que hizo correr rumores que Sechir había muerto de malparto. Contando con la complicidad de Sechir, Ibrahim se dio ala tarea de ultrajar a la adorada hija del Gran Mufti de Constantinopla. Sechir con tal de retener el favor de Ibrahim hacía cualquier cosa, y la chica permaneció encerrada en la habitación de Sechir mientras Ibrahim la asediaba, llegando hasta a ofrecerle boda. Cuando la hija del Mufti rechazó todo avance amoroso del loco sultán, Sechir la amarró y observó mientras su amado perverso violaba ala pobre muchacha. Una vez que Ibrahim se cansó del sádico jueguito, hizo devolver a la chica a su casa con una nota al Mufti expresando que devolvía mercancía usada.El Mufti, iracundo y adolorido por lo sucedido con su hija a manos de Ibrahim y Sechir, juró vengarse. Kosem, quien a estas alturas estaba muy enojada con su hijo Ibrahim por haberle quitado cuotas enormes de poder para dárselas ala armenia, conspiró con el Mufti para deponer al loco y rellenar el trono con el futuro Mohammed IV, habido por Ibrahim con Turhan. Kosem a regañadientes admitió que era mejor poner a su nieto a mandar. Tras una solemne encerrona gubernamental, los Genízaros tomaron posesión del sultán y lo echaron ala jaula, que era el sitio donde los potenciales rivales de los sultanes pasaban su vida tras la abolición del fratricidio real impuesta por Mehmet II. El Mufti no estaba contento aún con haber depuesto al violador de su hija. No descansó hasta que abrieron la puerta de la jaula de nuevo, y ésta vez Ibrahim fue ejecutado. Nadie echó de menos a Ibrahim, pues entre sus extravagancias personales, el costo del harén y la infructuosa guerra contra Candia, el erario había quedado más ralo que talón de guatuza. Hambruna, plagas, revueltas en Yemen y gran desorden fueron el legado de Ibrahim. Se resolvió abolir el poder del harén, y la primera en pagar los platos rotos fue Kosem, la madre de Ibrahim. Por órdenes de su poderosa nuera Turhan la vieja fue estrangulada por los eunucos en el suegricidio más célebre de la historia. Turhan echó del palacio a Sechir para sacarse el alacrán en la camisa que la gorda significaba. Sechir logró casarse con un funcionario gubernamental de menor rango, pero rico como un rey Midas. Sechir vivió cómodamente mientras el marido le duró, gozando del privilegio de haberse podido casar(pocas ex favoritas lograban esta suerte). Al morir el esposo, Sechir se convirtió en la madame de lupanar más tristemente célebre de Constantinopla. Compraba las chicas más hermosas y les ponían tarifas altas para vivir de ellas. Fue llamada La Sultana de la Mugre. Su burdel era visitado solo por los más ricos, y ya siendo vieja y fofa Sechir establecía una noche para ataviarse en sus más ricos ropajes y luego exhibir en grotesco show porno la anatomía que le había cambiado el destino. En una de esas, uno de sus enemigos (se cree que el padre de una de las muchachas ahogadas por Ibrahim como consecuencia del chisme de Sechir) logró acabar con ella a través de una taza de café con pelo licuado y vidrio molido. Fue una muerte larga y dolorosa, y a través de ella Sechir pagó una larga factura de crímenes cometidos en su afán de ser el poder tras el trono del desquiciado Ibrahim.

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