Si caminamos hacia el sol dejamos las sombras detrás

Si caminamos hacia el sol dejamos las sombras detrás
lo dijo William Wallace

los webmasters de la primera website

los webmasters de la primera website
Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

sábado, 23 de enero de 2010

ay Jorge quien no tenía jeringa tenía mandinga


DISFUNCIONALES JORGITOS DE INGLATERRA

Al aproximarse un aniversario más de la ruidosa muerte de la chela Lady Diana Spencer, hay muchos que se preguntan si solo en el siglo XX fue que se “descompuso” la familia real de los “flemáticos” británicos, pero la realidad es que todas las dinastías reinantes de Inglaterra han lavado los paños familliares en público, para asco de unos y risas de muchos. 4 de los reyes de nombre Jorge fueron protagonistas de bochornosas reyertas familiares.
Recordemos que al despuntar el siglo XVIII, la última reina de la línea Estuard(la gordinflona y estúpida Ana) murió agotada tras parir 16 criaturas sin que ninguno de sus hijos sobreviviera para heredar la corona. Fue cuando buscaron los ingleses a un pariente que descendía por parte materna de los Estuardos, y fue así que Jorge, del miserable y diminuto ducado de Hanover en Alemania, se vio importado desde su mohoso rincón hacia Londres, para ser coronado rey de los ingleses sin hablar ni dos palabras seguidas en el idioma de Shakespeare. El chele y tosco germano fue coronado como Jorge I, y así la casa de Hanover se vio entronizada. Estos Hanoverianos se caracterizaron por ser una familia de padres bochincheros que maltrataban a sus hijos. El amor perdido entre Jorge I y su hijo-también llamado Jorge-se debió a que el muchacho siempre fue un niño de mami, pero mami había “pecado “gravemente cuando se enamoró de un sueco, Felipe von Konigsmark, y alegremente le puso los cachos al rey. Sofía Dorotea pagó caro el haber imitado las costumbres sexuales de su esposo Jorge I(quien era flagrantemente infiel), ya que el sueco desapareció. Poco después se supo que el rey cachudo lo había mandado a hacer salpicón y los huesos del pobre hombre fueron remitidos en una caja al tocador de Sofía Dorotea, quien se vio divorciada, encerrada y desconsolada. Jorgito junior nunca le perdonó a papi que encerrara de por vida a su madre, y en varias ocasiones el chico quiso penetrar en el castillo donde estaba encerrada la desdichada mujer(Sofía Dorotea permaneció enllavada por 32 años y solo fue liberada por la muerte) El odio del chico por su regio padre era plenamente correspondido. Jorgito buscaría cómo antagonizar a papi de cualquier forma, hasta aliándose con los opositores del rey y formando su propia corte en su hogar Leicester House. Jorge I se vengó separando a Jorgito de los hijos que ya había procreado, tomando a los hijos de Jorgito bajo su tutela y declarándole persona non grata. Para colmo Jorge I llegó a sacar a patadas a Jorgito advirtiéndole que jamás pusiera pie en el palacio. La bilis llegó a tanto que Jorge I en una ocasión ordenó el arresto de su heredero. Jorgito proclamaba a los cuatro vientos su deseo que el rey muriese lo antes posible, esperando soltar a su prisionera madre. Sofía Dorotea murió en 1726, y un año luego Jorge I murió también. Jorgito entonces pudo heredar la corona de su odiado papi, coronándose como Jorge II.
Pero Jorge II habría de repetir la triste historia de odio con su propio primogénito Federico. Dado que Fede había sido criado por Jorge I, el chico detestaba a su papi Jorge II tras solo haber oído hablar barbaridades contra su progenitor. Jorge II al referirse a Fede mascullaba,”Nuestro primogénito es un asno, el más grande mentiroso, un gran canalla, la más grandiosa bestia del mundo y deseo de corazón que pronto salga de este mundo.” Jorge I había deseado que su nietecito Fede se casara con la princesa Wilhelmina de Prusia, pero Jorge II ya convertido en rey se opuso diciendo,”No creo que nuestra raza mejore por echarle ese gallo pusilánime de mi hijo encima a una locaria.”


Federico odiaba a su papi con una pasión regia. “Es un viejo capataz con un apetito sexual insaciable y es un auto indulgente cochino.” Federico también montó una corte paralela donde daba bienvenida a cualquiera que se burlara soezmente del rey. Furioso, Jorge II le redujo a términos miserables la mesada a su hijo y comunicó que cualquiera que tuviera contacto con Federico o su esposa estaría mal visto por él. El pleito se acabó cuando Federico murió en 1751, y Jorge II no pudo disimular su alivio ante la muerte de su hijo.
Debido deceso prematuro de su príncipe de Gales, al morir Jorge II en 1760 dejó las riendas de la soberanía en manos de su nietecito, ahora llamado Jorge III. Jorge III había sido casado con Carlota de Mecklenburgo, una flaca fea con boca de lagarta, pero ya tenía una prole de hijitos bacanaleros a pesar de que el mismo Jorge III prefería mostrarse como un mojigato de cuidado. Cuando Jorge III, a quien comenzaron llamando el Buen Granjero Jorge y acabarían tildando de El Loquito Jorge, perdió la razón merced a una galopante porfiria, su hijo mayor el perverso Jorge quiso anular por completo a papi y quedarse con el mandado del reino. Mientras Jorge III corría en camisón bañado de orines por el palacio, las colonias americanas aprovecharon independizarse y convertirse en los Estados Unidos…y el futuro Jorge IV llevó una de las vidas más depravadas de toda la historia. En los pocos ratos de lucidez que tenía Jorge III aullaba de rabia al ver en lo que se había convertido su heredero, ya que Jorge III siempre se las dio de moralista. Las rencillas llegaron hasta extremos violentos, como cuando Jorge III se levantó de la mesa del comedor para pescar a su degenerado príncipe y lanzarlo contra la pared. Desde entonces, el malvado muchacho aprovechó la locura de papi para su ventaja, y como buen imitador hacía las delicias de la plebe revolcándose para personificar a su loco papi. No fue hasta en 1810 que ya Jorge III no pudo gobernar, quedando loco de atar, y el príncipe pudo tomar las riendas gubernamentales.
Como Jorge IV, pocos reyes ha habido de pervertidos. Tuvo numerosos bastardos con una actriz católica, pero cuando se acumularon sus deudas de juego, licor y orgías, tuvo que acceder a la propuesta del parlamento inglés y con tal de ver su situación económica en mejores luces, accedió a casarse con la fea, gorda y malcriada prima suya, Carolina de Brunswick. Con esta mujer, Jorge IV tendría solo a su hija Carlota antes de negarse a vivir bajo el mismo techo que su esposa. Dado que la chica se parecía a su madre, Jorge IV siempre la odió. Jorge IV soltó un suspiro de alivio cuando su chela hija murió de parto tras haber sido casada con el primer rey de los belgas, Leopoldo. Al morir sin hijos Jorge IV, el trono le cayó a su hermano menor Guillermo IV, quien jamás tuvo hijos legítimos con su sosa reina Adelaida. Fue así que al morir Guillermo IV, el “rey marinero”, la corona inglesa fue a caer en las gordezuelas manitas de su sobrina Victoria(hija de un hermano menor de Jorge IV y Guillermo IV) en 1819.

No hay comentarios:

Publicar un comentario