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Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

sábado, 23 de enero de 2010

Kennedy y Lincoln...demasiada casualidad


LAS MACABRAS COINCIDENCIAS ENTRE DOS MAGNICIDIOS. LINCOLN Y KENNEDY

Hace unos días ofrecí una charla en el American Corner del Banco Central de Nicaragua sobre el asesinato del estadista gringo John F. Kennedy, por quien siempre he sentido una galopante admiración, y uno de los que estuvieron presente en dicha charla histórica me solicitaron que plasmara en un artículo las macabras coincidencias entre el asesinato de John F.Kennedy y el del presidente Abraham Lincoln, quien pagó con su vida el haber emancipado a los afroamericanos en EEUU.
Es indudable que cada uno de estos dos presidentes norteamericanos tuvieron un valor incalculable, tanto como personas como en calidad de estadistas. A ambos les tocó guiar el destino de la nación más poderosa del mundo en momentos en que el país era un barco atravesando gruesas tormentas. Si bien uno fue desesperadamente feo y tímido con el bello sexo y el otro descaradamente sexy y un león en la cama, la historia recuerda a ambos bajo luces muy favorables, y resultan ser dos de las figuras más amadas del turbulento pasado estadounidense.
Lincoln, de quien ni su mami no amada madrastra podría decir que era buen mozo, nació un 12 de febrero de 1809, y Kennedy, hijo de una señora dominante y un sinverguenza que tenía tanta virtud como una meretriz, vino al mundo en mayo de 1917. Lincoln fue electo al congreso en 1846, y el bello Kennedy lo logró 100 años más tarde, en 1946. Primera coincidencia que me eriza la melena. Tanto Lincoln como Kennedy fueron electos en años con 0, cargando con la horrible maldición que el maravilloso Shawnee Tecumseh echó antes de ser asesinado por William Henry Harrison en la batalla del Thames el 5 de octubre de 1813. Tecumseh dijo que todos los presidentes electos en años acabando en cero morirían violentamente, con o sin ayuda. Esto se cumplió con su cochino asesino Harrison, quien se eligió en año con 0 pero murió de pulmonía a un mes de haber entrado a la Casa Blanca como mandatario. Lincoln, electo en 1860 poco antes que estallara la guerra civil gringa por el asunto de la esclavitud, murió asesinado, a como morirían James Garfield (nada que ver con el gato anaranjado del mismo apellido) electo en 1880(y muerto en 1881 cuando mucho le travesearon la bala que estaba en un sitio inofensivo), William McKinley (electo en 1900, muerto en septiembre de 1901 por un disparo) y John F. Kennedy(electo por angostísimo margen en 1960 pero asesinado un 22 de noviembre de 1963). ¿Coincidencia macabra? ¡Ay machalá lagarto!
Nunca he sido adepta de la numerología, y solo creo en cosas que me como, me pongo o redacto, pero si uds. Suman las letras de los apellidos de Lincoln y Kennedy, ambos suman 7 letras cada uno. La suma de los nombres de los asesinos-John Wilkes Booth y Lee Harvey Oswald da 15 letras por cabeza. Ambos asesinos eran conocidos por sus nombres compuestos.
Tanto Lincoln como Kennedy estaban muy preocupados por el bienestar de los negros y el asunto de los derechos civiles. Lincoln emancipó a los afroamericanos mientras rugía la guerra civil, y Kennedy tuvo mucho acercamiento con Martín Luther King jr, y odió al Ku Klux Klan. Al momento de escoger esposas, ni Lincoln ni Kennedy sintieron una racha de pasión que les nublara la razón. Mary Todd, fea pero culta, pasó la vergüenza de que Lincoln la dejara vestida y alborotada para casarse una vez antes que Lincoln por fin diera el sí definitivo. Kennedy es de todos conocido que era sexy y le sobraban las chicas, pero a la hora de escoger esposa tomó a la bella, estirada, linajuda y talentosa Jackeline Lee Bouvier como consorte conveniente aunque no la amaba con locura. Ambas Mary y Jackie hablaban perfecto francés, pero a ambas les tocó sufrir el peor dolor de una madre cuando ya fueron primeras damas: ver el entierro de un hijo en la Casa Blanca.
Ambos presidentes fueron baleados en un viernes, y no faltaron fans religiosos que dijeran que la muerte de Lincoln en un Viernes Santo fuera un paralelo con el sacrificio del Colochón. De ambos asesinatos se dijo que eran producto de un complot, aunque esta teoría de la conspiración jamás ha podido ser probada en un 100 % y menos por la disparatada comisión Warren que malinvestigó el caso de Kennedy botando a la basura un montón de evidencias valiosas. Ambos estadistas fueron asesinados por renegados y resentidos sureños, Lincoln por un actorcillo de pacotilla que lo odiaba por haber dejado sin esclavo$ a las viejas ricachonas sureñas para quienes actuaba de gigoló, y Kennedy por un ex simpatizante de Stalin quien vivió en Rusia y tuvo una esposa rusa con la que fabricó dos chicas. Lincoln fue impactado en el Teatro Ford, y Kennedy viajaba en un auto modelo Lincoln de la empresa automotora Ford. Ambos sucesores al morir estos presidentes se apellidaban Jonson, y Andrew Jonson quien sucedió a Lincoln nació en 1808 mientras que Lindón B. Jonson nació exactamente cien años más tarde. El exhibicionista actorzuelo Booth nació en 1839, y el alocado Lee Harvey Oswald nació exactamente 100 años luego. Tras impactar a su víctima, Booth corrió de un teatro a una bodega. Lee Harvey Oswald impactó desde una bodega y se refugió en un teatro. Ambos asesinos fueron asesinados a su vez antes de pasar a los tribunales, cumpliendo aquello de quien a hierro mata a hierro muere.
Ninguno de los dos presidentes eran ejemplares de buena salud. Lincoln desde que venía en el vientre de su madre Nancy era enfermizo, a tal punto que un médico aconsejó a su mamá que mejor lo abortara. Afortunadamente, eso no sucedió. Lincoln padecía de depresiones profundas, al igual que Kennedy, quien toda su vida tuvo dolores a causa de sus lesiones columnares. A veces Kennedy debía andar un corset ortopédico y tomar analgésicos monumentales para poder deambular. Sin embargo, ambos presidentes jamás permitieron que sus dolencias los alejaran del trabajo y a ellos debemos muchos avances como parte de sus legados.
De orígenes disímiles y personalidades diametralmente opuestas, ambos presidentes también tuvieron pasatiempos y gustos distintos. Sin embargo, ambos supieron ganarse un lugar muy honroso en la historia a pesar de sus contratiempos, y aunque la muerte los arrebató de este valle de lágrimas antes que pudieran cumplir con sus mandatos, hoy los recordamos con particular cariño, admiración y respeto.

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