sábado, 23 de enero de 2010
las mujeres pioneras de la historia
LAS MUJERES QUE NOS ALLANARON EL CAMINO
Una prueba segura de que somos minoría marginada es que nos den un día al año,”solía decir la feminista, periodista y novelista hindú Kamala Napurdalah, y aunque los machos de la especie solamente nos “permiten” un día al año oficialmente, muchas fueron las mujeres de la historia que allanaron el camino rocoso hacia nuestra emancipación, por muy incompleta que parezca para algunas.
Mujeres coma las hermanas Trung de Vietnam luchando contra los invasores chinas en el primer 51 año de la era cristiana, Thame Gozen(brava samurai nipona que montaba en pelo cualquier corcel), Juana de Arco en la lucha francesa contra las ingleses en la Guerra de los Cien Años, Zuleika la lugarteniente de Bayaceto I El Rayo del Imperio Otomana que fue desollada viva por Tamerlán a la monarca guerrera Mtombazi de los zulúes escribieron tomos enteros de heroís¬mo en las lides del patriotismo, y hasta la vez no hay macho que le gane en un campo de batalla a los récords impuestos por Candace, empera¬triz de Etiopía a quien se le corrió Alejandro Magno) a Mbande Ana Nzingha de Ndongo y Matamba en su lucha contra las esclavis¬tas portugueses. Como coronelas, tanto Pampata de las zulúes(por cierto concubina del fabuloso Shaka) y Manuela Saénz “La Libertadora del Libertador” dejaron pautas a seguir para las mujeres militares de Ia histo¬ria, sin olvidar a la joven coronela avernia Epona (la mujer de Vercingétorix, quien luchó a su lado contra Julio César).
Una profesión que no fue vista coma apta para mujeres fue la de historiadora, sin embargo, durante las cruzadas una princesa del imperio bizantino, Anna Comnena, escribió algunas de las crónicas más ver¬aces y eruditas de todos los tiempos. Szilma Banu, prima de la legendaria Mumtaz Mahal que está sepultada en el Taj Mahal, hizo otro tanto durante el imperio mugalo en la India, dando cifras exactas de batallas y otros por¬menores de la historia militar. Szilma se vio repudiada par su esposo Alamgir Mohammed porque “un cronista histórica jamás lleva faldas”, un comentario que ya misma he oído recientemente de labios de un general al pasar por un aula. . .en pleno siglo XXI!
Muchos le rinden el charro a Margaret Sanger, enfermera norteamericana, coma la madre de los anticonceptivas orales, y su
fama es ampliamente justificada pues gracias a que ella consiguió que el Dr.Gregorio Pincus manufacturara la píldora con que las mujeres desde la década de los 60 del siglo XX podemos liberarnos de la esclav¬itud reproductiva. Sin embargo, la idea de solo traer al mundo los hijos deseados ya había sido implementada en la vieja Roma par Sabina, la esposa del emperador Adriano .PosteriormentelIa médica italiana Trótula Plateria diseñó algunos métodos que no perjudican la salud de la mujer, Ilegando inclusa a plasmarlas en tratados que luego fueran quemados en pleno renacimiento cuando la Inquisición italiana obligó a los Médici a hacer una gran fogata con las libros que tenían en su pala-cio en Florencia. La enfermería era considerada oficio similar al de la prostitución en la Inglaterra victoriana, pero le tocó a una adinerada señorita llamada Florence Nightingale convencer a la sociedad que se trataba de una de las profesiones más nobles y exigentes de toda la pelotita del mundo. Florence tuvo que pelearse con su familia y ni se casó por seguir lo que ella clasificaba como “el llamado al deber de Dios”, Junto a 39 otras señoras inglesas se fue al frente de batalla para curar heridas de la absurda Guerra de Crimea a mediados del siglo XIX. La “dama de la lámpara”, a como fue llamada por sus soldados, fue la madre de la enfermería moderna , y en el frente ruso se destacó la abnegada Darya Sevastopobskaya, cuya heroísmo y tenacidad forman parte de leyendas en Rusia.
Resulta curioso que las pioneras de géneros literarios sean mujeres, a pesar que a como le decían a la poetisa anglófona Anne Bradstreet, “una aguja se ve mejor que una pluma en mano femenina.”En el Japón medieval, Lady Murasaki Shikibu, nacida en el poderoso clan nipón de los Fujiwara y dama de compañía de la emperatriz de turno, fue la auto¬ra de la deliciosa novela El Relato de Genji. Para muchos críticos, esta refrescante y divertida obra sobre un príncipe guapo siempre a la cac¬ería del amor en la corte del Japón es la primera novela que puede merecer tal calificativo. Murasaki la había escrito como paliativo para su soledad después de la muerte de su amado marido. Otra creadora de género literario fue la inglesa Mary Godwin Shelley, hija de la feminista Mary Wollstonecraft. Nacida en 1797, Mary a los 19 años no solo dio a luz su novela estelar Frankenstein, sino que con esta obra creó el género del terror a como le conocemos hoy en día. Por supuesto, no faltan los machistas que le asignan la creación de tan rentable género al gringo Edgard Allan Poe, quien era apenas un mocoso en la escuela primaria cuando Mary estaba creando su Frankenstein a orillas de un lago en Suiza. Por supuesto, Mary se dio a conocer con el Shelley de su marido, y hay quienes opinan que ella tenía más seso y agallas que su maridito el bardo Percy Bysshe Shelley.
Solo una mujer fue capaz de ejecu¬tar la enorme proeza de llevarse a casa dos premios Nóbel y tener la distinción de que su hija se llevara uno también: Manya Sklodowska, por supuesto conocida con su nom¬bre de Maria Curie. La muerte de su esposo al ser súbitamente atro¬pellado en Paris no fue impedimen¬to para que la valiente Maria Curie siguiera trabajando y se llevara su segundo Nobel. Luego su hija Irene, con su esposo Federica Joliot, habría de llevar un premio Nóbel trabajando hombro a hombro con su consorte.
Amy Johnson, piloto inglesa que murió estrellando su nave en el Támesis, y la norteamericana Amelia Earhart, quien desapareció sobrevolando el Pacífico en 1937, son parte de los grandes nombres femeninos de la aviación moderna. Su valor y agallas antes habían sido desplegados por la inglesa Mary Read, una de las piratas más coloridas de la historia, y la joven almirante Khein Czhin, orgullo de la China imperial, quien comandó una flota de decenas de barcos.
Los nombres de precursoras y pioneras en los distintos campos sería interminable, sin embargo, estando en inicios del siglo XXI todavía quedan quienes dudan la palabra de tan gran genio a como fue Winston Churchill, quien decía que “bien está el país regido por mujer, y bien estamos todos reconociendo tal superioridad.”
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