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Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

sábado, 23 de enero de 2010

recordando a periodistas empíricos


LOS PERIODISTAS EMPIRICOS MÁS RECORDADOS DE LA HISTORIA

Es curioso que los mejores periodistas de la chibolita del mundo, desde el colombiano Gabriel García Márquez, hasta nuestro propio Rubén Darío y el húngaro naturalizado gringo Joseph Pulitzer, jamás tuvieron un título de periodista en sus oficinas.Cuando mi hija me dijo que estudiaría periodismo casi le sugiero que mejor compre un bombillo rojo de lupanar ya que en Nicaragua dicho "oficio más lindo del mundo" está sumamente desprestigiado.
Uno de los grandes periodistas de la antigüedad indudablemente fue el padre de la historia, el inefable Herodoto. Herodoto recopilaba reportes de los sucesos y guerras a como hoy un editor lo hace en la mesa de redacción de un diario. Gracias a él sabemos muchas cosas que se hubieran perdido en el polvo de los siglos, detalles que nos indican que como periodista fue muy sagaz y acucioso.

Durante la Edad Media, por otro lado, las noticias se difundían a través de hombres con un tambor que se paraban en las plazas a gritar, anunciando los últimos acontecimientos. Un hombre chele, feo y flaco, que acompañó al monumental Carlomagno unificador de las Galias, fue sin querer el padre de los corresponsales de guerra. Ludovico de Champonneux, tras acompañar a Carlomagno por sus campañas, siempre ponía al tanto a la población de cómo iban los sucesos. Jonathan Swift, autor de Los Viajes de Gulliver, y Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe, comparten el oficio de haber sido grandes periodistas en Inglaterra. Defoe era temido hasta por el rey inglés por sus críticas sociales y lengua viperina, y era capaz de reducir a talla cero a cualquier tufoso titulado en menos de 5 segundos. Defoe fue un genuino periodista investigativo, y su Diario del Año de la Peste es una de sus obras cumbres como cronista de sus tiempos.

Muchos genios de la literatura y la música se ganaron su sustento cotidiano como periodistas. Edgard Allan Poe, padre del cuento moderno, exquisito bardo y co-precursor junto a Mary Shelley del género terror, escribía para diversas revistas y periódicos para mantener alma y cuerpo juntos. Este brillante hombre nacido el 19 de enero de 1809 y muerto el 7 de octubre de 1849 consumido por el alcohol y la miseria fue uno de los más prolíficos periodistas de crónica roja. Oscar Wilde, el irlandés que acabó siendo un ícono para los gays de todos los tiempos al haber aguantado encarcelamiento por sodomía, fue un genial dramaturgo, novelista y poeta que supo mantener sus lujos y extravagante estilo de vida escribiendo artículos para revistas femeninas y periódicos de la época victoriana.

H.G. Wells, para muchos el padre de la novela científica, fue otro destacado novelista que se ganó su pan cotidiano como periodista, y sus artículos llegaron a tener una resonancia internacional...Este inglés muchas veces se vio acosado por lectores, y a veces no podía salir ni a la calle sin verse apabullado por los fans. Mark Twain, escritor gringo cuyo nombre de pila era Samuel Langhorne Clemens, no solo fue el autor de Huckleberry Finn, Tom Sawyer y otros éxitos literarios, sino que como periodista fue siempre muy admirado. Ernest Hemignway, Premio Nóbel de Literatura y autor de grandes obras como Adiós a las Armas y Por Quien Doblan las Campanas, fue un protomacho grandulón que sirvió de corresponsal de guerra durante la sanguinolenta Guerra Civil Española. El colmo de las ironías del destino fue que Joseph Pulitzer, el gringo por el cual los premios que se entregan a periodistas, literatos y otros destacados de las letras estadounidenses se llaman Pulitzer Prize, fue un gran empírico que nunca ostentó título de periodista, sin embargo fundó la primera escuela de periodismo a nivel universitario sin poseer el "cartoncito" él mismo. Grandes músicos y musicólogos como el pianista y compositor romántico alemán Roberto Schumann y el francés Romain Rolland se destacaron en el campo de la crítica musical y crónicas culturales. Schumann incluso tuvo una exitosísima revista cultural que marcó importantes hitos en el siglo XIX.

Un puñado de mujeres norteamericanas dejaron a un lado delantal y costurero para dedicarse al periodismo sin haber estudiado expresamente para eso. En tiempos de la colonia, la poetisa Anne Brasdstreet también hizo sus pinitos reporteriles. Más adelante, Margaret Fuller fue una hábil investigadora que destapó varios escándalos políticos en el siglo pasado, y hasta en una ocasión la amenazaron de muerte por sus artículos. Estaba destinada a morir ahogado en el Atlántico al naufragar el barco que la traía de regreso a los Estados Unidos, muriendo con ella su marido (un noble italiano menor que ella) y su hijito. Dos otras mujeres fueron lenguas temidas en el siglo XIX en los Estados UNidos, Anne Royall y Delia Bacon. Delia se dedicó más a la crítica literaria, pero la pluma de Anne Royall causaba escalofríos.

Unos de los periodistas más controversiales de todos los tiempos resultó ser el chele y fornido gringo William Randolph Hearst, un magnate gritón y cornudo (su concubina, la actriz Marion Davies, hasta se las pegó con Charles Chaplin!) que acabó siendo el padre del periodismo amarillista. Nunca había estudiado para periodista, y era más conocido como millonario que adoraba los bacanales, pero su cadena de publicaciones creaban opinión, y se le atribuyó a él y sus editoriales el hecho de que el presidente William McKInley acabara asesinado en septiembre de 1901. El hecho de ser primer ministro o cabeza coronada nunca ha sido impedimento para que alguien acabe siendo periodista. El gran estadista francés Georges Clemenceau fue un notable redactor, aunque muchos austríacos lo odian porque existe la leyenda de que él urdió una trama para hacer aparecer como suicidio por amor la muerte del heredero de la corona Habsburgo, Rodolfo.


María, reina de Rumanía y madre del controversial rey Carol que acabó casándose morganáticamente con su pelirroja querida Magda Lupescu, comenzó como una preciosa nietecita de la reina Victoria. Al casarla con Fernando de Rumanía, María hizo dos cosas para no aburrirse: buscarse un amante, y comenzar a redactar memorias de su aparatosa vida como reina. Estas crónicas de la reina periodista se vendieron a buen postor y los reales recaudados fueron a parar a obras sociales en Rumanía.

Y no podemos cerrar este artículo sin mencionar a tres titanes literarios y a un inventor que también fueron periodistas empíricos: Thomas Alva Edison, inventor gringo a quien debemos la bujía eléctrica, el fonógrafo y la silla eléctrica(dado que de niño ya editaba y vendía su propio semanario en un tren), la novelista hindú Kamala Napurdalah(quien fue corresponsal de guerra e la Segunda Guerra Mundial), el inefable Gabriel García Márquez(Premio Nóbel de Literatura quien iba a ser abogado pero nunca concluyó sus estudios, pasando a ser un brillante periodista empírico) y nuestro propio Rubén Darío, quizás el erudito más grande que ha dado América Latina y que nunca ostentó título alguno más que el que le dio la posteridad de Príncipe de las Letras Castellanas.

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