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Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

sábado, 23 de enero de 2010

Grandes aportes hechos por periodistas empíricos


LOS GRANDES APORTES HECHOS POR "PAPAFRITAS"

Resulta curioso que aunque muchos periodistas en la práctica sean excelentes, no ostenten un cartoncito que los acredite como licenciados en comunicación. Habiendo sido llamada despectivamente "papafrita" porque mi diploma me acredita como historiador y linguista, me refocilo en saber que los más grandes aportes han sido hechos por periodistas quienes nunca recibieron título de comunicadores. Hoy vamos a recordar a algunos de ellos.
Anita Comnena, quien en realidad fue una excelente historiadora además de ser princesa bizantina por haber nacido de un emperador, fue una excelente cronista de sus tiempos aunque a su madre-que era más estirada que una señorona con cirugía cosmética-le sabía a diablos que una mujer y de buen linaje anduviera en "esas chiquitadas." Hace poco se publicó en español algunos de sus artículos en una colección de mujeres periodistas de todos los tiempos, y la mordacidad y sagacidad con que escribía esta pelirroja princesita es para poner verde de envidia a cualquiera.
Antes de ella, una combatiente vietnamita llamada Trung Nhi llevó precisas crónicas de la guerra de este heroico pueblo contra los invasores chinos. Trung Nhi era la hermanita menor de Trung Trac, la famosa generala vietnamita y juntas formaban el binomio invencible de las adoradas hermanas Trung de la gloriosa historia vietnamita. Trung Nhi estaba tan metida en su lucha antiimperialista que en el poco tiempo que o estaba batallando estaba escribiendo. Lo curioso es que nadie jamás la vio pasar por un aula universitaria para conquistar su diploma de periodista, pero aún así no se quien osaría llamarle papafrita. Las hazañas de las hermanas Trung hoy son recordadas con veneración gracias a los útiles escritos de Trung Nhi.
En la Edad Media, surge uno de los personajes más encantadores y andariegos de todos los tiempos: el veneciano Marco Polo, quien siendo muy joven se fue de viaje con su papi y su tío rumbo a Cathay (que es a como se llamaba a China entonces). Para convertirse en el viajero más famoso de la historia. Una vez allá, Marco Polo le cayó de perlas al emperador Kublai Khan, quien casi no lo dejaba ir solo ni al inodoro. Al regresarse a escondidas a Italia, Marco Polo escribió un libro de maravillas que vio por aquellos lados y antes de morirse confesó que no había plasmado ni la mitad de cuanto lo asombró. Los relatos de Marco Polo fueron como un reguero de pólvora entre los europeos que querían comerciar y enriquecerse con las delicias del Oriente, y buscando cómo irse a saquear todas esas riquezas fue que Enrique el Navegante de Portugal patrocinó a exploradores y luego los nefastos Reyes Católicos de España invirtieron en mandar al piojoso Cristóbal Colón a que nos desgraciara por estos lados de una vez por todas. Nadie se equivoca al decir que los comunicadores son un poder tras cualquier trono....el descubrimiento de América todo por un periodista empírico veneciano llamado Marco Polo!
Juan Alejandro de Normandía, gran bardo francés a quien muchos recuerdan solo como uno de los favoritos del amariposado rey galo Enrique III o como benefactor de huérfanos, fue un exquisito pelirrojo que hizo interesantes y veraces crónicas sobre las sangrientas Guerras de Religión de Francia. Acompañando siempre a su amado rey, Juan Alejandro plasmó en su Diario de la Ignominia algunas de las descripciones más pavorosas de este conflicto que dejó exhausta a Francia. Lástima que lo que más se conoce de este noble bardo es su producción romántica que decora las cursis y sacarinas tarjetitas de enamorados, y no fue hasta hace dos años que el Diario de la Ignominia fue publicado en Francia como un documento que es un tesoro valioso para cualquier historiador. Juan Alejandro tampoco fue a universidad alguna para sacar título de periodista.
Resulta irónico que los premios por los cuales tanto se sabrosean los periodistas en Estados Unidos hayan sido creados por un húngaro cejudo que llegó como inmigrante pobre: Joseph Pulitzer. Antes de irse a Estados Unidos en busca del American Dream Pulitzer ya había estado en imprentas en su país, y aunque nunca recibió título de periodista fue ganando terreno como editor con el correr de los años. Los Premios Pulitzer hoy en día son el sello de prestigio no solo para periodistas y cronistas, sino también para literatos. Excelentes periodistas, uno en crónica roja y el otro como corresponsal de guerra durante la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, fueron los grandes poetas Edgard Allan Poe y Walt Whitman.
Poe fue el creador del cuento de terror a como lo conocemos hoy, y a Whitman se le acredita con la creación moderna del verso libre siguiendo la pauta dictada anteriormente por Safo y luego por Juan Alejandro de Normandía. Mary Godwin Shelley, hija de una feminista y un filósofo inglés, actualmente figura como la madre del género de horror tras haber escrito siendo apenas una adolescente la obra maestra Frankenstein. Lo que pocos saben es que esta bella inglesita se ganó la vida como periodista empírica para mantener a su papá y al hijito que le quedó de su agitado matrimonio con el poeta Percy Bysshe Shelley. Criticada y vilipendiada por la sociedad mojigata de tiempos victorianos, Mary Godwin Shelley aportó a la literatura el género en el cual se han destacado grandes como Poe, Lovecraft, Stephen King, Ira Levin y John Carpenter.
Otro "papafrita" que hizo un valioso aporte a la literatura fue el inglés H.G. Wells. Este vigoroso novelista fue también un gran cronista y sus mordaces artículos fueron publicados en los más prestigiosos diarios de entonces. Sin embargo, entre un artículo y otro le quedó tiempo para ser junto a Ray Bradbury uno de los pioneros de la ciencia ficción a través de novelas como La Máquina del Tiempo y La Isla del Dr. Moreau.
Tampoco nadie recuerda haberle visto el tan "indispensable" título de periodista graduado.
Un alto y ricachón chele gringo hizo uno de los aportes más cuestionables de la historia: William Randolph Hearst. Propietario de varios periódicos y revistas, "Randy Billy"(a como era apodado por su ruidosa líbido) se dio el lujo de crear un nuevo estilo periodístico llamado "amarillismo", en el cual titulares chocantes y el énfasis en el escándalo son de rigor. Esta tendencia ha sido seguida con fervor por muchos medios
a lo largo y lo ancho de la pelotita del mundo. Para colmo, no faltan quienes culpen a "Randy Billy" del asesinato del presidente William McKinley en 1901 por los ácidos editoriales que Hearst publicó en aquel entonces.

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