trivialidades de la historia

LAS "TRIVIALIDADES" IMPORTANTES DE LA HISTORIA

Hace poco, me comunicaba doña Ligia Larios-una de mis más asiduas lectoras que le interesaría saber sobre diversos inventos, comidas, descubrimientos, eventos y hasta anécdotas que dieron lugar a trivialidades que de triviales no tienen absolutamente nada. Habiendo sido una adicta de la Coca Cola (hasta el punto que tuve mi versión del Cogito ergo sun de Descartes afirmando que primero bebía Coke y luego existía), si hubiera tenido tiempo para rezar lo primero que agradecería es que en 1885 un farmacéutico de Atlanta, John Pemberton, estrenó lo que él llamó la medicinal receta de Coca de Vino Francés. Este tónico prometía alivio hasta para dolencias que aún no existían, y entre sus ingredientes estaban desde el alcohol hasta la cocaína. Pero para entonces se fraguaba un movimiento anti excesos, y la Coca de Vino Francés acabo siendo ilegal. Pemberton optó por bailar al son que le tocaban, le quitó la cocaína y el alcohol a su sabroso menjunje y creó la receta que hoy tiene propiedades galopantemente adictivas. Para colmo le dio nuevo nombre, y hoy Coca Cola es bebida hasta por bebés.
La barbarie de la guerra fue la partera de una de las organizaciones humanitarias más grandes de la historia: la Cruz Roja. En 1859 el hombre de negocios suizo Henry Dunant andaba por Italia para reunirse con Napoleón III, cuyo ejército está peleando en Solferino. Dunant no quedó con ganas de probar carne roja por buen rato tras fijarse en los cadáveres de casi 40 mil soldados, y se espeluzna de ver que a los heridos casi no se les da atención médica. Dunant escribe conmovido sobre la batalla y llama a formar una organización internacional que provea ayuda. También se ha visto inspirado por el abnegado ejemplo de su amiga Florence Nightingale, quien se cubriría de gloria como enfermera militar en la Guerra de Crimea.
La labor de Dunant lleva a la convención de Ginebra, y las naciones reunidas establecen una agencia. Para proteger a médicos y enfermeras en el campo de batalla, acuerdan que estos lleven un símbolo que les garantice neutralidad e inmunidad. Honrando el origen suizo de Dunant, la bandera de este país es "invertida" en los colores, creando la Cruz Roja. La albarda con estribos que es tan usada hoy en día para montar corceles data de la invasión a Inglaterra que protagonizó el pleitisto bastardo Guillermo de Normandía en 1066.

Hasta esa fecha, los ejércitos en la guerra se enfrentaban a pie, pero Guillermo decidió depender más de sus 3000 caballos, a pesar de que le acompañaban 8000 hombres. Los equinos iban dotados de sus monturas completas, lo cual permitía a los soldados más control sobre sus armas. Cuando los ingleses quisieron masacrar a la infantería normanda, la caballería les cayó encima como zopilotera, acabando con la resistencia de las huestes del pobre Harold II, quien no solo perdió un ojo y su trono sino también la vida...Entonces queda para vergüenza de los altivos ingleses el hecho que un ejército de 3000 caballos con albardas y estribos lograron conquistarlos!
Dado que hace poco muchos que siguieron las competencias de Sydney 2000 preguntaban por qué si los juegos olímpicos habían comenzado en la antigua Grecia en honor a Zeus, se habían interrumpido hasta este siglo que está por acabar, la respuesta es que algunos religiosos olvidan que en cuerpo sano no puede haber taller del diablo. En la antigüedad, los griegos hacían sus juegos cada 4 años honrando al tormentoso Zeus. Estos juegos eran tan importantes que cuando el evento estaba en curso, se aplazaban elecciones, guerras y hasta bodas. Tras la conquista de Grecia a manos de los romanos, los juegos continuaron, pero en 394 de la era cristiana, el emperador romano Teodosio quiso ser más papista que el papa, y alegando ser muy devoto cristiano, estimó que los juegos eran una glorificación asquerosa de los antiguos dioses paganos y los prohibió. Pasarían 1500 años para que la llama olímpica volviera a prenderse...siendo la prohibición en nombre de un Dios que para muchos ha de ser tremendo atleta.
Pero en nombre de Dios se han hecho muchas atrocidades, y una de las peores fue cuando en 1212 un pastorcillo francés con una lengua más temible que la mía, Esteban de Cloyes, decide alborotar a todos afirmando que tuvo una visión en la cual Dios llamaba a un ejército de niños a ganar la guerra por la Tierra Santa que ha sido el motivo de las Cruzadas. Miles de chiquillos son arrancados de los brazos de sus padres para formar la Cruzada de los Niños. Pero estos pobres chiquitos nunca llegaron a la Tierra Santa, dado que fueron víctimas del hambre al cruzar los Alpes y otros murieron ahogados cruzando el Mediterráneo. Otros miles fueron a parar de chicos de placer y prostitutas en los burdeles de Turquía. Sin embargo, esta cruzada tan macabra dio origen al relato infantil del Flautista de Hamelín, el cual deja un pueblo sin niños...
Dos delicias de la gastronomía la debemos a monarcas europeos. Los conos de hojaldre rellenos de crema se llaman Prusianos dado que Federico II el Grande de Prusia, quien tenía talento para cualquier cosa, los creó en su cocina dado que además era excelente pastelero. Al zanganísimo, progresista y encantador Enrique IV de Francia le debemos los exquisitos huevos Enrique, los cuales son huevos duros cuya yema ha sido combinada con mayonesa, especies, mostaza para convertirlos en el bocadillo preferido en los cocteles. Estos huevos se los hacía al rey su amante Gabriela DÉstreés, cuando un consejero le recomendó a Enrique que solo comiera cosas hechas por su adorada concubina para evitar que lo envenenaran.
Dos términos que usamos a menudo en nuestros vocablos cotidianos tienen curiosísimos orígenes. En 1946 el galo Louis Reard diseña un atrevido traje de baño y lo nombra Átomo. Pero cuando los gringos prueban una bombita nuclear en una islita del Pacífico, Louis rebautiza su prenda como bikini, anunciando que al ver a una chica ataviada con él se hará una explosión tremenda. La primera en usarlo fue la francesa Brigitte Bardot, cuando era tan bella que nadie sospecharía que acabaría pareciéndose como melliza con las focas que hoy tanto defiende. Durante la guerra de la década de los 80, muchas veces oíamos que fulano de tal quedó tan charneleado que parecía pascón barato, no? Pues el real nombre del trocito de metal es shrapnel, no charnel. A inicios del siglo XIX un oficial inglés, Henry Shrapnel, lo inventó tras 30 años de quebrarse el coco para su invención. Una concha hueca de artillería es rellenada con balines pequeños. Los casquines al explotar en el aire riegan miles de trozos metálicos por un area enorme. Primero usan esta arma en las guerras Napoleónicas, y Sir George Wood les rinde el charro en la Batalla de Waterloo, donde hacen que las huestes del Pequeño Gran Corso queden bastante despedazadas...