sábado, 16 de enero de 2010
patadas de la historia
Las coces más crueles de la historia
La violencia intra familiar siempre ha sido una jaqueca en la historia de la humanidad, y varias mujeres a través de los tiempos fallecieron cuando un ‘valiente” macho de la especie les asestó una estruendosa coz en el vientre gestante.
El haber nacido en una de las familias más rancias de Persia no impidió que el rey loco Cambises hiciera sus cuatro trastadas.Era hijo del gran rey Darío I de Persia, uno de los monarcas más sabios y tolerantes de la historia. Desgraciadamente, su hijo Cambises cuando ya tomó las riendas del poder padecía una epilepsia galopante y estaba borracho de poder, por lo cual no se detuvo al momento de eliminar a su hermanastro Smerdis, quien era obstáculo para el trono. Cambises esta¬ba casado con su hermana Roxana, quien era muy gentil y dulce. En un arranque de rabia tras su mala experiencia en la conquista de Egipto, el soberano persa se sacó las pulgas practicando patadas voladoras en el vientre gestante de la pobre Roxana, quien no solo perdió al varoncito que le venía sino que también se murió ella misma. EI remordimiento por la muerte de su mujer no dejó vivir a gusto al loco de Cambises, quien después de matar a un hijo suyo (Prexaspes) de un flechazo, enterrar vivos a 12nobles persas y sopapear a los criados, acabó suicidándose como digno cobarde que era.
Calígula era una emperador muy ególatra, pero también era supersticioso consumado. Gustaba consultar a pitonisas, siempre que le vaticinaran dorados tiempos en el futuro. El craso error de la adivina Claudia Nancenea de Bética fue vaticinarle a Calígula un final violento a manos de su gente de confianza. La pitonisa, quien estaba a punto de caer a la cama a los 9 meses de gestación, se vio pateada inmisericordemente por el iracundo emperador, quien no se detuvo hasta que la mujer murió retorciéndose de dolor en el piso.
El asqueroso emperador-artista de Roma, Nerón, fue otro que se granjeó su pista de baile en el infierno al asesinar de una coz en el vientre gestante a su esposa Poppea. Resulta que Nerón se había enamorado de la lujosa, bella y lujuriosa Poppea cuando aún era la esposa de otro hombre. Divorciándose de su esposa Octavia, Nerón por fin Iogró casarse con Poppea tras mandar a su esposo al exilio, y juntos protagonizaron fabulosas orgías. Poppea estaba embarazada de 6 meses cuando Nerón regresó al amanecer de una juerga, y protestándole por su tardanza, la pipona lo hizo enojar. Nerón con su característica chabacanería la insultó y procedió a patearle la barriga. A consecuencia de esta golpiza, Poppea y el nene en ciernes murieron. Nerón, suelto en llanto, hizo embalsamar con caras hierbas y químicos el cuerpo amoratado de Poppea, y la deificó mediante un decreto. Tras el entierro de Poppea, Nerón consiguió a un mancebo que era igualito a Poppea, lo hizo castrar y se casó en fastuosas nupcias con él.
Iván IV de Rusia, conocido como el Terrible o El Grozny, fue uno de los zares más sádicos de la historia. Víctima de la violencia intrafamiliar desde que su padre murió teniendo él apenas 3 añitos, Iván no tenía el menor respeto por la vida de nadie. En una ocasión no le gustó el atuendo de su nuera, considerándolo indecente a pesar de ser el último grito de la moda en Moscú. Como reacción de protesta, arremetió contra la pobre muchacha pateándola en el vientre de varios meses de embarazo. De esta forma Iván, quien también mató de un golpe a su propio hijo, se garantizó acabar con su propia sucesión al morir la nuera con el hijo adentro.
Carlos de Habsburgo, primogénito habido por el catoliquísimo Felipe II de España con su primera esposa Ma. Manuela, era un tarado peligroso. Este muchacho, quien poseía una crueldad sin límites, le hizo la vida imposible a su padre y hasta llegó a involucrarse en un complot para deponer a Felipe. Entre sus pasatiempos estaba la tortura de criadas, y una de ellas que se llamaba Angelina, fue objeto de sus golpizas después de negarse a dejarse manosear. La joven estaba casada con un mozo de los establos y andaba en estado de buena esperanza cuando Carlitos el tarado le puso el ojo. Cuando Angelina se negó a ceder a los caprichos del príncipe, el muchacho la echó escaleras abajo de una estruendosa patada en la barriga. Tanto la criada como su bebé murieron a conse¬cuencia de la paliza. Carlitos por lo menos tenía la protección de ser el heredero al trono en ese entonces, y rezan las malas lenguas que la cos¬umbre de ver a su papi maltratando a su consorte le había dado tamaño ejemplo. Según algunos, la tercera esposa de Felipe II, la bella francesita Isabel de Valois, falleció de un aborto de gemelos tras una riña conyugal.
Otro consumado patán fue el monarca borbónico Fernando VII de España, siendo un vulgarazo vendepatria que incluso llegó a pedirle a Napoleón Bonaparte que asesinara a sus padres. A Fernando VII lo casaron en primeras nupcias con la hermosa princesa Ma. Antonia, quien era prima suya. Ma. Antonia, quizás presintiendo lo que le esperaba, lloró como una Magdalena el día de su boda. Una vez casada, no solo la maltrataba su suegra Ma. Luisa (quien pasa a la historia como una de las reinas más crueles e infieles de todos los tiempos) sino que su mari¬do la golpeaba e insultaba. Ma. Antonia de Nápoles estaba gestante por segunda - vez-habiendo tenido un aborto anteriormente tras una riña con su suegra-cuando Fernando llegó borracho y practicó soccer con su barriga gestante. Tísica y débil para añadidura, Ma. Antonia se murió en la mera flor de la juventud, dejando a su feo y grosero esposo viudo sin heredero ansiado.
En el siglo XX, el dictador africano Jean Bedel Bokassa pasó a los anales de la historia como uno de los pervertidos más sanguinolentos de todos los tiempos. Una amante suya se había negado a abortar al hijo que esperaba, siendo el bebé engendrado por el ex esposo de la joven. Jeanine se negó a sacrificar a su hijo para seguir siendo juguete sexual de Bokassa. En un ataque de ira y celos furibundos, el odioso dictador cargó a patadas a Ia ex modelo, abriendo el vientre con taconazos de sus botas militares. La muerte de Jeanine fue justificada afirmando que se había suicidado en sus sedosos aposentos porque “estaba loca.”
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