Si caminamos hacia el sol dejamos las sombras detrás

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lo dijo William Wallace

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Ing.Adolfo Urrutia y Cecilia,2005

domingo, 3 de enero de 2010

la mejor yunta del mundo



MEJOR CAMARADA QUE MI PAPI…NINGUNO!


La vida me coronó con un hombre quien además de padre fue el mejor camarada que he tenido: Bernard Levallois, fallecido un 21 de octubre de 1989 en el accidente aéreo de Sahsa en Honduras. En honor a esos padres que además de ser progenitores, son los mejores cuates de sus hijos, vamos a revisar unos cuantos casos en la historia.
En la antigua Roma, una pareja de chefs-padre e hijo-fueron inseparables: Lucrecio Ahenobarba, nacido en la familia del pavoroso emperador Nerón, y su hijo menor Virgilio Pompilio. Lucrecio era altamente cotizado por la rancia sociedad romana para que confeccionara los más exóticos banquetes y desde chico, Virgilio Pompilio anduvo de cola de papi dado que su mamá, Domitila, había muerto de fiebre cuando el chico tenía apenas 2 años de nacido. Virgilio Pompilio no solo se portaba muy bien sin estorbar a papi, sino que pronto se convirtió en su más dedicado colaborador y ayudante de chef. Virgilio parece haber heredado el don de los condimentos de su famoso padre pelirrojo, y pronto tuvo clientela propia cuando Lucrecio, debilitado por insuficiencia cardíaca, ya siendo más viejo no podía cumplir con todos los compromisos. Lucrecio murió a los 90 años y su hijo menor heredó el lucrativo negocio, habiendo tenido por teacher al mejor papi del mundo.
La relación entre el rey galo Felipe IV y su hija predilecta Isabella –a ser llamada luego la Loba Francesa por sus súbditos ingleses tras casarse con el mariposón Eduardo II-no iba a ser entibiada por la distancia. Felipe, quien era poco expresivo, lloró en enero de 1308 durante la boda de su hija con el mariquita inglés en la catedral de Boulogne, y las cartas entre ambos revelan una ternura galopante. Felipe IV era el confidente de su hija, quien se casó solo para sufrir, y aunque reconocía que poco podía hacer, era su mejor paño de lágrimas. A pesar de haber nacido de una relación informal, Leonardo da Vinci tuvo una excelente relación de amor y camaradería con su papá Piero, un prominente abogado. El papá del genio lo llevó a vivir con él y su esposa siendo Leo un bello bebé, y durante toda la vida el abogado velaría tiernamente por su superdotado retoño. La camaradería y buen humor entre Leo y papi sería tal que el pintor solía gastarle bromas a su papá muy a menudo, y muchas veces juntos se iban de fiesta.
Selim I El Adusto del imperio otomano se regocijó como nunca cuando su favorita le parió al futuro Solimán el Magnífico, y desde que éste estaba bebé, el sultán lo llamaba “mi leoncito” y lo andaba de arriba abajo con él. Al morir Selim I, su hijo tomó el trono y estaría destinado a tener una relación de mucha comprensión y jolgorio no con su heredero, el fofo y borracho Selim II, sino con la bella, erudita y futura mecenas de la arquitectura Mirimah. Esta muchacha Solimán la hubo-al igual que el bolo Selim II-con su adorada rusita Khurrem, pero el entendimiento entre papi e hija siempre fue perfecto, a tal punto que el genial y multifacético Solimán a veces rezongaba de las leyes de su imperio que prohibían que una mujer fuera gobernante por derecho propio, ya que consideraba a su Mirimah como la heredera perfecta.
Vlad Drácula, el príncipe de Valaquia a quien el sinverguenza de Bram Stoker convirtió en vampiro chupa sangre en 1898, fue también afortunado al tener una gran relación de amistad con su papá, pero ésta se vio interrumpida por el asesinato del padrea manos de unos nobles traicioneros y entreguistas ante los turcos. Antes de eso, Vlad y su regio padre retozaban, jugaban ajedrez, aprendían esgrima y lucha libre y se iban de pesca juntos.
Sabiendo lo sucio, sanguinario, desalmado y calculador que era el monarca español Felipe II de Habsburgo, resulta casi increíble imaginarlo de tierno camarada de sus hijos. Pero la realidad es que este soberano fue el mejor amigo de sus dos hijas habidas del tercer matrimonio con la dulce Isabel de Valois. Felipe II jamás tuvo una palabra grosera ni una gota de impaciencia para sus 2 adoradas niñas, aunque con sus varones siempre tuvo conflictos. Cuando las chicas crecieron y se casaron, Felipe II pasó largos ratos nostálgicos escribiéndoles cartas tiernas que mas bien parecían testamentos. Cuando la última de ellas se casó y se marchó, Felipe subió a la torre para ver cómo se alejaba el carruaje que se llevaba a su muchacha, y luego pasó horas llorando encerrado.
Para muchos, la mejor obra de Alejandro Dumas padre no fue Los Tres Mosqueteros, sino su propio hijo bastardo Alejandro Dumas hijo, destinado a ser brillante novelista también. Alejandro Dumas papi lo manufacturó fuera de la cobija matrimonial, pero se hizo cargo de él y cuando ya el muchacho estaba grande, se iban de juerga juntos, se prestaban dinero, ropa y mujeres y guisaban juntos enormes comilonas.
Dos de los monarcas más amados de la historia de Tailandia tuvieron una relación estrecha de amor, amistad y respeto: Mongkut, y su hijo y heredero Chulalongkorn. El famoso y sexy Mongkut tuvo a Chulalongkorn con su esposa principal, y juntos son conocidos gracias a la comedia musical almibarada de Rodgers and Hammerstein El Rey y Yo. Mongkut y Chulalongkorn pasaban muchas horas juntos, ya que compartían el mismo interés por la astronomía, las ciencias, idiomas, los elefantes y gatos gordos. Mongkut y Chulalongkorn estaban juntos esperando observar un eclipse de luna desde unos marjales cuando ambos se enfermaron de paludismo, con la sal de que Mongkut se murió de eso, dejando su trono al adolescente y afligido Chulalongkorn.
La novelista y periodista hindú Kamala Napurdalah tendría una relación muy particular con su padre Alí desde que una chismosa aya le sopló que su papi había evitado que su mamá la abortara después que una bruja charlatana le dijo a la madre de la periodista que lo que venía en su barriga era hembra y debía abortarla. El odio de Kamala hacia su desnaturalizada progenitora era contrastado por la devoción ciega hacia su papi que la salvó de ser abortada. Alí siempre consideró que lo mejor que le pudo haber pasado en su agitada vida era haber sido el padre de la bella y talentosa Kamala, y fueron unidos durante toda la vida. Una relación tan intensa la tuvo también la famosa médico francesa Claude Mihn Jihan, hija de la médico turco-francesa Claude Jihan y del independentista vietnamita Ho Chi Mihn. Claude Mihn era el fruto de amores adulterinos, pero el Tío Ho siempre veló por ella, y cuando Ho estaba luchando contra los invasores gringos, su propia hija ya graduada de galeno se unió al movimiento guerrillero para estar cerca de él.
Pero quizás la expresión más vehemente de camaradería entre padre y retoño la resumió la frase del duque de Baviera, Max de Wittelsbach, cuando le dijo a su hermosa y erudita hija la futura emperatriz Sissi, ”Si tú y yo no hubiéramos sido azules, nos hubiéramos escapado juntos con el circo para pasarla en grande como maromeros, verdad, hija?”

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